miércoles, 25 de agosto de 2010

VI Congreso de Fundamentalistas de la Alpedología (2da Parte).


Luego de la charla preventiva que di ante los jóvenes (y no tan jóvenes) afganos para evitar las "inmolaciones alpedológicas juveniles", los organizadores y sponsors me invitaron a compartir un surtido lunch con bebidas espirituosas y glamorosos bailes.

En dicho evento, me encontré con un viejo amigo -a quién voy a presentarles como el Genio de Bigotes- que andaba por allí en representación de la OSN (Organización Señor Negro).

Concluido el divertido y glamoroso evento, algunos salimos a charlar sobre lo acontecido durante el baile. Si bien existían entre nosotros muchísimas diferencias culturales, todos llegamos a la siguiente conclusión: ¡La odalisca tenía un culo de puta madre!













Dr. Pini

Alpedólogo

VI Congreso de Fundamentalistas de la Alpedología

Hace algún tiempo, con motivo de la celebración del VI Congreso de Fundamentalistas de la Alpedología, las autoridades políticas y religiosas de Afganistán me invitaron a llevar adelante, además de los discursos de apertura y cierre del congreso, una charla didáctica destinada a todos los jóvenes afganos que, por no saber qué hacer con su tiempo libre, sentían deseos de inmolarse exponiendo al respecto cualquier pretexto banal. Yo no tenía demasiado conocimiento acerca de dicho problema e intenté negarme excusándome amablemente. Tras mi negativa, uno de los organizadores del congreso me dijo que comprendía mi posición y, con los modales más dulces que jamás experimenté, aseguró que si no me hacía cargo de la charla, se mataría.

Como no tuve más opción que acceder a sus peticiones, me puse en campaña para preparar lo que iba a exponer.

Lo primero que debía hacer era investigar un poco acerca de las actividades que solían realizar los jóvenes en Afganistán además de inmolarse... eran muy pocas, en verdad.

Leyendo los periódicos, una cosa me llamó poderosamente la atención: los pretextos absurdos de las muchas “inmolaciones alpedológicas juveniles” (nombre que me pareció pertinente para catalogar el problema). Para citar algunas, un joven de 13 años decidió inmolarse a cambio de que un tendero marroquí le comprara un enorme helado de chocolate y granizado. Otro, de 15 años, se inmoló para probarle a una de sus novias “lo mucho que la amaba y que siempre sería su favorita”. Sin duda alguna, el más curioso de los casos que leí fue el de dos hermanos de 17 y 20 años que se inmolaron para que su padre accediera a llevarlos a los “fichines”.

Conforme pasaban los días y se acercaba más y más la fecha del Congreso, me sentía más inseguro de mi charla. Solía ir a caminar para despejarme, pero el sonido de los jóvenes explotando por doquier conducía mi mente a la preocupación del trabajo.

Por fin, decidí llamar a un amigo quién por esos días se encontraba en Turquía comprando telas para un nuevo micro-emprendimiento: Confeccionar trajes espaciales para perros y gatos astronautas.

Charlamos un rato de diversas giladas, como de costumbre, y quedamos en encontrarnos en el aeropuerto la siguiente noche. Fui a recibirlo acompañado de los organizadores del congreso que todavía no se habían inmolado.

Finalmente, mi amigo descendió del avión que se había demorado un par de horas por no haber recibido amenaza de bomba alguna, conforme dicta la tradición de su país.

Dr. Pini

Alpedólogo

martes, 22 de enero de 2008

"Alpedólogy & Music. The Influences on the Inmunological System"


En el último seminario que dicté sobre alpedología en Londres -"Alpedology & Music. The Influences on the Inmunological System"- hace dos años, utilicé las imágenes paratextuales para demostrar que la alpedología y la música influyen en el cuidado de la salud.

Tras experimentar con varios sujetos, los médicos encargados de los análisis clínicos (debí dejar dichos análisis en manos de gente competente, ya que yo no cazo una garlopfa de medicina) terminaron por afirmar mi hipótesis.

Como siempre hay que comenzar con la seguridad de que los seres humanos nacemos con una capacidad natural e inmotivada, que forma parte de la dotación genética, que nos conduce al alpedismo. La alpedología, por su parte, se encarga de estudiar dicha capacidad y todos aquellos factores de la personalidad y el carácter influenciados por ésta.

Ahora bien, ustedes se preguntarán qué carajo tiene que ver la música con el alpedismo y la alpedología, pues bien: Cuando uno no sabe que hacer con su tiempo y es consciente de que lo está desperdiciando en la actividad natural vegetativa (alpedismo), reacciona comenzando a practicar alguna actividad física o intelectual (a estas respuestas las denomino "reacciones reflejas alpedológicas") como por ejemplo la música.
Como anticipé anteriormente, los estudios demostraron que la canalización de tensiones en este tipo de "reacciones reflejas alpedológicas" puede prevenir distintos tipos de malestares psicosomáticos.
Yo, como se ve en las fotos, disfruto de los beneficios de la música... aunque esto no puede hacer nada en contra de mi cara de pelotudo infeliz.

Dr. Pini
Alpedólogo




"Alpedology & Music". DIFBA. Londres, 2006

martes, 15 de enero de 2008


Presentación del seminario de verano “Introducción a la Alpedología Crítica”

Partiendo de la base de que el alpedismo (tendencia natural a estar al pedo) es una capacidad innata e inmotivada y la alpedología es el estudio sistemático de dicha capacidad, el seminario propone desarrollar una mirada crítica y analítica con respecto a los sujetos que, en contextos sociales favorables, pueden ser considerados como alpedistas natos. Pero ¿cuán conscientes son dichos sujetos de su condición de alpedistas? ¿acaso están al tanto de que están cumpliendo un rol social impuesto desde las “esferas de poder”?
Desde una perspectiva marxista, y teniendo en cuenta el concepto de “ideología dominante”, podríamos intuir que, por alguna razón en especial, es útil fomentar la práctica del alpedismo en la sociedad. El “contrabando cultural” presente en las sociedades contemporáneas no sólo nos muestra un modelo de hombre ideal (o socialmente correcto) en el cual priman los valores estéticos sobre los éticos y cuyo sentido moral deja mucho que desear, sino que tampoco tiene incorporado en concepto de la “obligación” (en sentido público y privado, lo mismo da).
Con esta imagen de “hombre-clon”, con la que nos bombardean el cerebro a diario todos los medios masivos de comunicación, se va gestando en la sociedad un ambiente más propicio para la práctica del alpedismo. Dicha condición se torna así necesaria para que los métodos de dominación cultural sean más efectivos e irreemplazables.
En el seminario “Introducción a la Alpedología Crítica” intentaremos abordar estas cuestiones teóricas tratando de establecer condiciones que puedan llevarnos desde las primeras causas hasta las últimas consecuencias de este fenómeno socio-cognitivo para lograr así una posición consciente que nos permita evitar futuras falencias en la socialización, educación y formación humana.

Están todos invitados a dejar sus opiniones y/o dudas al respecto.

Dr. Pini
Alpedólogo

jueves, 10 de enero de 2008

LA INFLUENCIA DEL EJERCICIO DEL ALPEDISMO EN LA VARIACIÓN LINGÜÍSTICA

Resumen:
Las teorías lingüísticas basadas en el uso parten del presupuesto de que la lengua es variable. Esto quiere decir que conforme cambia la sociedad, cambia el lenguaje.
Esto es así porque cada lengua representa la estructura social de la comunidad que la usa. Por ello, las formas dialectales son una fuerte marca de identidad y de pertenencia a un determinado grupo.
Ahora bien, supongamos que los sujetos que practican el alpedismo (y, a su vez, comparten una misma organización social, en un mismo momento y lugar) pudieran/quisieran concebirse como una comunidad, ¿se podrían determinar a partir de su dialecto? Mis estudios en alpedología y mis intereses especiales en la lingüística me llevaron a la conclusión de que esto es posible.
Luego de analizar un corpus textual extraído de internet, pude reconocer que algunas palabras varían de forma sistemática (algunas de ellas, incluso, yendo en contra del principio de la economía lingüística). También me llamó la atención que los sujetos que utilizan estas variedades practican el alpedismo de forma constante, ya que su entorno inmediato (internet, chat, televisión, juegos de rol y pornografía japonesa) lo determina así.
Formas como “quiero” -que suele aparecer como “qiero”, “kiero” o “kero”- y la conocida “beso” -que se transforma en “besho”, “becho”, “bacho” (con su conocido morfema de plural “s”, en tanto sea más de un beso virtual lo que se envíe)- son las más evidentes.
Las similitudes encontradas en el proceso de variación lingüística en el corpus de los sujetos que practican el alpedismo me llevaron a la conclusión de que la selección léxica tiene una finalidad específica: Identificarse con un movimiento (que, desde mi punto de vista, tiene todas las características de una comunidad lingüística) de jóvenes practicantes del alpedismo.
Como dije anteriormente, noté que las palabras sufren una variación sistemática. Pero este cambio no es arbitrario, sino que sigue un determinado patrón de sustituciones que representan el lugar que el individuo ocupa dentro de su comunidad. Tomando como ejemplo nuevamente a la palabra “quiero”, primero se muestra la elisión (borrado) de la letra “u”, quedando la forma “qiero”. Después, la palabra sufre el reemplazo de la letra “q” por la “k”, formando “kiero” (este reemplazo es sufrido por casi todas las palabras que llevan “qu”). El último paso es la unificación del diptongo “ie” por la vocal abierta “e”, transformando a la palabra en “kero”. Bien podría decirse que este fenómeno corresponde a una de las principales características de la lengua como herramienta de la comunicación humana: la economía. Aunque mi análisis demostró que cada una de estas tres variantes para mismo concepto (“quiero”) determina el grado de alpedismo ejercitado. De esta manera, un sujeto que dice “te kero” en lugar de “te quiero” está mucho más al pedo que aquellos que dicen “te kiero” o “te qiero” y lo demuestran lingüísticamente.
El mismo fenómeno sufre el segundo ejemplo “beso”, junto con muchas otras palabras (“hola” y su transformación en “ola”, “holas” y “holis”) que muestran -y lo seguirán haciendo a lo largo del tiempo- alteraciones de este tipo.
Para concluir, me parece prudente destacar que no estoy queriendo afirmar que hablar o escribir utilizando dichas variantes es condición suficiente para saber si el sujeto practica el alpedismo, aunque sí es determinante el fenómeno inverso.
Es decir, TODO SUJETO ALPEDÍSTICO, PARA DEMOSTRAR LA PERTENENCIA A SU GRUPO, UTILIZA LAS VARIANTES EJEMPLIFICADAS anteriormente, aunque NO TODAS LAS PERSONAS QUE LAS UTILIZAN EVENTUALMENTE PUEDAN SER IDENTIFICADAS COMO TALES.
Nuevamente, la alpedología demuestra ser capaz de explicar fenómenos que no son estrictamente de su área de estudios.

Dr. Pini, Alpedólogo. Comunicación DIFBA, julio de 2007.

lunes, 7 de enero de 2008

Principios estructurales de la teoría

¿Qué es la Alpedología?
Últimamente me he cruzado con mucha gente que no tiene en claro lo que significa ser Alpedólogo y, por consiguiente, no entiende a lo que me refiero por alpedología. Por ello, he decidido hacer un breve resumen de mi tesis doctoral para que, aquellos interesados, puedan introducirse un poco en los presupuestos teóricos que requieren los estudios en dicha disciplina.

Objeto de estudio y unidades de análisis:
La alpedología es el estudio sistemático del alpedismo. Intenta descubrir los patrones comunes en todos los sujetos que experimentan este fenómeno.
Hablar de alpedismo no es lo mismo que hablar de “estar al pedo”. La diferencia entre estos dos patrones de comportamiento se halla en la intencionalidad, es decir, cuando un sujeto practica alpedismo está consciente de hacerlo y tiene objetivos claros (descansar, divertirse o, simplemente, vegetar).
Por ello, el estudio del alpedismo no puede ser abstraído del sujeto que lo experimenta en un contexto determinado.

Alpedología generativa:
Todos los seres humanos tenemos una tendencia natural a practicar el alpedismo. Esto es porque existe una capacidad innata en cada uno de nosotros que necesita de un estímulo social mínimo. El mejor ejemplo para argumentar dicha afirmación es “Gran hermano”. Es casi un experimento alpedológico: se encierra varios sujetos de distintas zonas geográficas y distinta posición económica en una casa, en la qué lo único que hacen es practicar el alpedismo con ahínco.
Además, este fenómeno opera como un meta-nivel en el alpedismo. Lo voy a explicar brevemente para seguirlo en otra ocasión: “Gran hermano” logró que la gente que está al pedo mire por TV a más gente al pedo.

Alpedología antropológica:
Debido al descubrimiento de la tendencia natural al alpedismo a la que me referí antes, pude desarrollar una teoría interdisciplinaria para relacionar los avances tecnológicos de la humanidad con el alpedismo.
Básicamente, y voy a tratar de ir terminando, el ser humano (desde sus comienzos primitivos) necesitó de diversos elementos para hacer más fácil sus labores. Esto se puede explicar desde diversas disciplinas, aunque ante la pregunta ¿para qué facilitar el trabajo? aparecen muchas dudas. A mi entender, la mejor respuesta es esa capacidad innata que nace con el hombre y que lo lleva inexorablemente a necesitar la práctica del alpedismo, aunque sea por escasos minutos diarios.
La tecnología avanza para que el esfuerzo humano se aminore y, por ende, haya más tiempo a disposición para realizar otro tipo de actividades, entre ellas (y creo que es la favorita) el alpedismo.

Resumen:


La diferencia entre el alpedismo y la alpedología constituye el primer conflicto a la hora de comprender mi teoría.
El ALPEDISMO es aquella CAPACIDAD INNATA E INMOTIVADA que forma parte de la DOTACIÓN GENÉTICA de todos los SERES HUMANOS. Es un MODULO MENTAL (Siguiendo la teoría modular de Fodor) y, como todas las funciones cognitivas (superiores o inferiores) se puede desarrollar o sub-desarrollar según las INFLUENCIAS DEL AMBIENTE INMEDIATO DE LOS SUJETOS, aunque sean mínimas.
La ALPEDOLOGÍA, por su parte, es el ESTUDIO SISTEMÁTICO de aquella capacidad innata. La paradoja se halla en el momento de la observación y ante la duda de cómo se puede estudiar una capacidad cognitiva innata.
La alpedología, entonces, se basa en el MÉTODO ETNOGRÁFICO al punto que lleva a cabo una SERIE DE OBSERVACIONES SISTEMÁTICAS TRATANDO DE DESCUBRIR PATRONES COMUNES EN DISTINTOS SUJETOS, TENIENDO EN CUENTA LAS VARIABLES SOCIALES QUE PUEDAN ESTAR EN JUEGO.
Por ello, EL ESTUDIO DEL SUJETO debe hacerse tomando en cuenta su CONTEXTO INMEDIATO DE ACCIÓN.
Los OBJETIVOS DE LA ALPEDOLOGÍA son:
-Descubrir PATRONES COMUNES para la práctica del alpedismo.
-Identificar las INFLUENCIAS DEL AMBIENTE en dicha capacidad.
-Evaluar la FUNCIÓN SOCIAL de la práctica del alpedismo.
-Generar RESPUESTAS ADECUADAS ante patrones difusos.
-Construir un NIVEL INTERDISCIPLINARIO para llevar a la alpedología hacia NUEVOS HORIZONTES.
Dr. Pini
Alpedólogo

Introducción a la Alpedología


En la sociedad actual globalizada, liderada por las grandes empresas internacionales que controlan el flujo de capital, la falta de tiempo constituye uno de los principales problemas en la vida de los seres humanos, quienes planifican sus actividades diarias considerando siempre la idea de “la agenda ajustada”, priorizando así algunas opciones sobre otras y, en algunos casos, descartándolas.

Bien es sabido que esta circunstancia de “no tener tiempo para nada” conduce muchas veces a situaciones de tensión en la psicología de los individuos que no sólo afecta a cada uno de ellos, sino también a su entorno inmediato (familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.). El estrés, la depresión, la ansiedad son los problemas más comunes de dicho fenómeno.

Ahora bien, todos hablan de lo problemático de la falta de tiempo, de lo agitado de la vida y de las cosas que se podrían hacer si el tiempo “sobrara”. Lo curioso de esta situación es que, en la gran mayoría de los casos, el tiempo “libre” se desperdicia. La existencia de este extraño fenómeno me llevó a interesarme en lo que suele llamarse, en lenguaje coloquial, el “Alpedismo”.

En principio, me dediqué a observar a los sujetos (considerándome yo mismo como un individuo más a estudiar) que desperdiciaban el tiempo libre, en contextos determinados, y advertí que era un fenómeno generalizado. Llegué así a encontrar el núcleo de mi teoría; el objeto de estudio que debía ser el centro de todo mi análisis: Si el “Alpedismo” era un fenómeno generalizado, entonces debía existir una tendencia innata e inmotivada hacia ello. Mi teoría parte de la base de que todos los seres humanos nacemos con una capacidad hacia el alpedismo que forma parte de nuestra dotación genética natural.

Una vez que tuve el objeto de estudio, me hacía falta un método acorde para mi análisis. Decidí entonces aplicar el método etnográfico, que consta en observar a los sujetos en su actividad natural diaria, teniendo en cuenta un contexto definido y un momento determinado, tratando de interferir lo menos posible en la situación.

Al utilizar este método para el estudio del alpedismo, le dí forma y estructura a una nueva disciplina científica, cuyos principios básicos voy a tratar de desarrollar en el presente blog: La Alpedología es, entonces, el estudio sistemático del Alpedismo, que es aquella capacidad innata e inmotivada que tenemos todos los seres humanos a “estar al pedo”.


Dr. Pini
Alpedólogo